Foto: Inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024. CNN. Francois-Xavier Marit/Pool/Reuters
Es imposible hacer un recuento de los eventos más relevantes del año sin mencionar los Juegos Olímpicos de París. Los primeros 10 días de agosto estuvieron marcados por el deporte, que sin duda crea un punto común de unión social. En esta ocasión, la ciudad del amor decidió pintarse con los colores olímpicos y, al mejor estilo impresionista francés, múltiples pinceladas de tradición e innovación crearon una obra maestra única. Desde la mediática inauguración hasta la audaz decisión de llevar las competiciones fuera de los estadios y a las calles, estos juegos redefinieron lo que implica organizar un evento global en la actualidad.
En el instante en que la luz de la antorcha olímpica iluminó los Campos Elíseos, la ceremonia de inauguración se sintió como abrir las puertas de un viejo teatro, donde las calles de París fueron el escenario ideal para una obra que nos trajo un sinfín de emociones. Con la Torre Eiffel brillando como un faro en la noche, París presentó al mundo una sinfonía de colores, música y danza que capturó la esencia de la cultura francesa. El cabaret, los versos de Baudelaire y las notas de Edith Piaf se fusionaron en un homenaje a la ciudad del amor. Algo que cabe resaltar de estos olímpicos es el cambio de discurso tradicional hacia uno más inclusivo y moderno. Vimos un homenaje verdaderamente maravilloso a las mujeres más importantes de la historia de Francia y las más revolucionarias también.
¿Qué hizo de esta inauguración un momento único? La fusión perfecta entre tradición y vanguardia. La danza, la música y la poesía se entrelazaron para crear una narrativa épica que celebraba el espíritu humano. La Torre Eiffel, adornada con miles de luces, se convirtió en el faro que guiaba a los atletas hacia la gloria.
Tras la inauguración, los Juegos Olímpicos de París 2024 fueron un escenario donde Colombia demostró su crecimiento deportivo, con resultados que, si bien fueron satisfactorios, no alcanzaron las expectativas iniciales. La delegación tricolor conquistó tres medallas de plata y una de bronce, un logro que, aunque menor al anhelado, evidenció la perseverancia, la dedicación y el talento de nuestros atletas. Como bien lo expresó Tatiana Rentería tras su triunfo en lucha libre: “Con poco apoyo, y posibilidades para salir al extranjero a preparar estos Juegos, logré ser medallista de bronce. ¿Se imaginan lo que pasaría si nos apoyaran más?”
La halterofilia, como es costumbre, fue la disciplina que más alegrías le brindó al país. Nuestros levantadores de pesas, con su fuerza y técnica, subieron al podio en múltiples ocasiones, demostrando una vez más su dominio en esta especialidad. Sin embargo, en otras disciplinas como el boxeo, el ciclismo y el atletismo, varios medios aseguraron que se ganaría una o varias medallas, pero no se dieron los resultados esperados.
Foto: Colombianos con medallas Olímpicas. Blu Radio. AFP
Si bien los resultados obtenidos en París 2024 son motivo de orgullo, es evidente que el deporte colombiano tiene un gran potencial por explotar. La presencia de jóvenes talentos en la delegación es una muestra clara de que el futuro del deporte en el país podría ser brillante. Con un apoyo decidido del gobierno y una inversión sostenida en el deporte de alto rendimiento, Colombia puede aspirar a cosechar mayores éxitos en los próximos Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028.
Los Olímpicos han sido una experiencia invaluable para nuestros atletas. La competencia de alto nivel y el roce con los mejores deportistas del mundo les ha permitido crecer y adquirir experiencia. Con el aprendizaje obtenido en París, y con un programa de preparación adecuado, los deportistas colombianos pueden llegar a Los Ángeles 2028 con mayores aspiraciones y con la firme convicción de que pueden alcanzar la cima del podio.
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